De ese recurso, 1.5 billones serán destinados a la educación superior pública y 500.000 millones irán al sector de básica y media. De esta manera, el gobierno cumpliría con uno de los puntos pactados en el acuerdo con los rectores, pero sigue sin resolver el tema de base presupuestal de las universidades.
Gobernadores y congresistas aprobaron que del Presupuesto Bienal de Regalías 2019-2020 se destinen 2 billones de pesos para el sector educación. De ellos, 1.5 billones estarán destinados a la educación superior pública y 500.000 millones irán al rubro de educación básica y media.
La decisión se tomó el 5 de diciembre a altas horas de la noche en el Congreso de la República, mientras los voceros estudiantiles finalizaban la sesión en la mesa de diálogo con el gobierno.
El Ministerio de Educación anunció que, de ese monto, un billón se destinará a la ejecución de obras de infraestructura física, dotación y apoyo a programas de regionalización de las instituciones de educación superior públicas (IES). “Estos proyectos de inversión serán priorizados por los departamentos con el apoyo de las IES, a fin de contribuir al mejoramiento de la calidad de dichas instituciones”.
Así mismo, 250.000 millones se usarán para el fortalecimiento institucional y de las capacidades de investigación, de acuerdo con las necesidades de los territorios. Por último, se asignarán 250.000 millones restantes a los programas de doctorados de las universidades colombianas “para fortalecer las capacidades de investigación de estas instituciones y de las regiones, y cubrir las brechas existentes en ciencia, tecnología e innovación, así como a elevar la productividad y competitividad desde los territorios”, puntualizó el Ministerio.
La entrega de este dinero se hará la mitad en 2019 y el resto en 2020. De esta manera, el gobierno honrará uno de los puntos pactados entre el presidente Iván Duque y los rectores de las 32 universidades públicas, del acuerdo firmado varias semanas atrás.
Cabe recordar que, en un principio, dicho pacto hablaba primero de un billón y luego de 1.2 billones. Finalmente, con la adición de presupuesto para Colciencias, la cifra ascendió al recurso actual.
Para la ministra de Educación, María Victoria Angulo, este es un gran logro: “Gracias al sector minero energético y a todo lo que condujo a este resultado en regalías histórico hoy podemos contarle al país que honramos una promesa. Hoy se da una cifra que nunca se había dado: 2 billones para la educación. Además, quedarán 500.000 millones para educación básica y media para conectividad, innovación y infraestructura educativa en las regiones”.
Sin embargo, los voceros estudiantiles que han liderado la movilización por la defensa de la educación superior pública no sienten del todo confianza en estos recursos.
Jennifer Pedraza, una de las caras más visibles del movimiento estudiantil, expresó que “hay que revisar la redacción del documento en el Congreso porque parece que, por cómo está escrito, dice que el presupuesto ‘se podrá destinar’, es decir, que no es una destinación vinculante y obligatoria”. Según Pedraza, ese sería el problema con ese recurso que, si bien ya está asignado, no se sabe aún cómo se repartirá.
José Cárdenas, otro de los estudiantes que hace parte de la mesa de diálogo con el gobierno, mencionó que sobre esto los voceros le reclamaron al Ministerio de Educación. “Nos dijeron que ellos no tenían control total sobre el Congreso. Así como está redactado, esa plata queda en tela de juicio”.
Estás inconformidades se equiparán a las hechas por Wilmer Leal, representante a la Cámara por el Partido Verde. Leal dijo que el problema está en “no querer dejar el texto tácito [diciendo] que era de un Billón de pesos para la Educación Superior, [en vez de] dejarlo que fuera hasta un Billón de pesos, no garantiza que los recursos vayan hacer destinados a la Educación Superior”.
Si ya están separados estos recursos para el sector educación, ¿en qué parte del acuerdo estaría el problema?
Más allá de la forma en la que está redactado el documento que fija estos recursos, el inconveniente se encuentra en cómo se repartirán estos recursos, en la procedencia a la hora de distribuirlos.
La ministra de Minas, María Fernanda Suárez, explicó que para que puedan utilizarse los recursos provenientes de regalías los gobernadores y alcaldes deberán presentar proyectos ante el Órgano Colegiado de Administración y Decisión (Ocad), el ente encargado de aprobar y ejecutar las obras.
Es decir, pese a que esté la plata, existe también la posibilidad de que el Ocad no autorice los proyectos que presenten las universidades (e instituciones técnicas y tecnológicas) en conjunto con los gobernadores. En ese sentido, las instituciones públicas tendrían que presentarlos de nuevo, hasta que se les dé el presupuesto. Al final, los recursos dependerán de tres instancias (rectores, gobernadores y Ocad), lo que podría complicar la consecución de la plata.
Por eso, en la mesa de diálogo uno de los puntos a resolver es la distribución de los recursos de regalía. Así las cosas, aunque los estudiantes ganaron un presupuesto más para sus instituciones, todavía el proceso de repartición del recurso es una gran incógnita que se aclarará en la mesa técnica que logren construir con los gobernadores.
Aunque lograron estos recursos para la educación, más dinero para la base presupuestal de las universidades sigue siendo el punto en el que aún no hya consenso entre el gobierno y los estudiantes. Por eso saldrán nuevamente a las calles el 6 de diciembre. Una marcha más se realizará el 13 de diciembre, y así sucesivamente hasta que lleguen a un acuerdo final con el Ministerio de Educación y de Hacienda.