
Existe un viejo proverbio nativo americano que dice:
“Si descubres que cabalgas un caballo muerto, la mejor estrategia es desmontar.”
Sin embargo, en la vida y en el trabajo, ¿realmente seguimos este consejo? En muchas ocasiones, en lugar de aceptar que algo ya no funciona, adoptamos estrategias inútiles, como:
• Cambiar de jinete, pensando que el problema es de liderazgo.
• Comprar un látigo más grande, esforzándonos aún más sin cambiar el enfoque.
• Formar un comité para analizar la situación, postergando la decisión.
• Insistir en que siempre se ha hecho así, sin cuestionar la efectividad del método.
El miedo al cambio nos mantiene atrapados
Otras veces, recurrimos a tácticas aún más absurdas, como:
• Contratar consultores para “revivir” el caballo.
• Compararlo con otros caballos muertos para convencernos de que no estamos tan mal.
• Convencernos de que nuestro caballo muerto es el mejor, negando la realidad.
¿Cómo evitar caer en esta trampa?
- Reconocer el problema: Aceptar que el caballo está muerto es el primer paso.
- Tomar acción: Bajar y buscar un nuevo camino en lugar de insistir en lo inviable.
- Aceptar el cambio: Soltar lo que no funciona puede abrir nuevas oportunidades.
Reflexiona: ¿Sigues cabalgando un caballo muerto?
Puede ser un proyecto, una relación, una idea o un hábito que ya no aporta valor. A veces, desmontar es la mejor decisión para avanzar.