No cabe duda que si hay una de las ejecuciones de la actual administración que merezca el reconocimiento general de propios y extraños en esta municipalidad, es la Revolución del pavimento.
El cambio de la ciudad desde que se colocó en marcha práctica compartida entre la administración de los diferentes barrios, no solo se ve sino que se siente cuando se dialoga con sus moradores.
Hace más o menos cuando se inició, muchos eran los asépticos y algunos llegaron hasta considerarlo como una acción populista por parte de la administración a la que veían pocas opciones de ser ejecutadas teniendo en cuenta la situación financiera del municipio.
Pero fue esa tozudez que caracteriza al alcalde Pedro Alí, la que lo llevó a persistir en una idea que tenía desde muchos años atrás, cuando recorría las calles polvorientas del pueblo que lo vio nacer, la de ver a Magangué con su gran mayoría de calles pavimentadas.
Hoy la revolución del pavimento ha mejorado la calidad de vida de cientos de familias que habitan en los barrios y corregimientos del municipio en donde lo que antes se consideraba como una utopía hoy es una realidad; calles pavimentadas.
Atrás y en olvido quedaron aquellas calles polvorientas y fangosas en donde había momentos que ni el mismo ganado transitaba por ellas.
La pavimentación de las calles de barrios y corregimientos, fue desde hace más de 10 años un caballito promesero en época electoral, pero al momento de hacerlo realidad, se convirtió en una promesa más que el viento se llevó.
Barrios marginados de la urbe hoy dan fe del éxito de este programa así como los corregimientos del rio como el Retiro y Madrid. Ahora el turo le toca a Betania, Cascajal, Yati, BarrancaYuca y la Pascuala.
Las cifras señalan que ya hay más de setenta calles pavimentadas tanto en el área urbana como rural.
Este no es más que el resultado de un trabajo mancomunado de una administración progresista y a una comunidad que cree en esa administración.
Un Binomio para el progreso de Magangué.