Para nadie es un secreto la discordia y polarización política que sembró el mandatario que antecedió a Juan Manuel santos. Con este expresidente (Álvaro Uribe Vélez) Colombia no veía ni un pequeño granito de esperanza con relación a la paz, pues lo que hacía era alejarnos cada vez mas de ella.
Para la gran mayoría de colombianos era bastante decepcionante este tema, pues el hecho de vivir en una constante guerra nos desplegaba otra serie de problemas importantes para el país, por ejemplo: ignorar muchos asuntos relacionados a la corrupción, la tasa de turismo bajaba y con ella la economía, pues nadie quiere invertir en un lugar que está en una continua balacera con la guerrilla más antigua y grande de la historia del mundo.
La tasa de pobreza y desnutrición era cada vez más alta gracias a la inversión anual que se hacía en armamento para la guerra. Del mismo modo seguir en discordia con este grupo armado, nos obligaba a ser cada vez más ignorantes e insanos, pues tampoco había dinero para invertir en educación y salud.
Para colmo, la violencia que vivían los habitantes de toda Colombia, no solo la vivía por parte de las fuerzas deliberantes, sino también por parte del estado con ayuda de instituciones públicas como el ejército, la Policía y el Esmad, que contribuyeron para que se llevaran a cabo planes como los falsos positivos, que acabaron con la vida de más de diez mil, menores de edad, sin contar a los adultos.
La agroindustria iba para el piso, pues para nadie es un secreto lo poco rentable que es para un campesino sembrar alimentos cotidianos y necesarios para la canasta familiar, cuando les ofrecen diez veces esa cantidad de dinero por sembrar hoja de coca y a su vez, contribuir al narcotráfico.
La igualdad de género estaba cada vez más lejos, el respeto que merece la mujer, el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTBI, entre otras cosas.
En conclusión, teníamos el país mucho peor de lo que está ahora.
Por suerte para nuestro Colombia, el señor Juan Manuel Santos, junto a una cantidad de personas ilustradas en el tema, dieron inicio a lo que serían los diálogos de paz con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Dándole un suspiro de esperanza al pueblo colombiano de alcanzar alguna vez la soñada paz.
En este tratado de paz, se tocaron temas relacionados con: la reparación de víctimas, la agricultura colombiana, la entrega de armas, recuento de la historia de Colombia en esos 50 años, igualdad de género, reconocimiento a la mujer, darle un lugar político a las FARC, mejorar los sistemas de salud, mejorar la calidad y cantidad de colegios y universidades públicas.
El acuerdo de paz, finalmente se firmó el 26 de septiembre del 2016, muchos de los puntos tocados anteriormente faltan por concluirse, pero debemos confiar en la adaptación del país ante este avance a nivel mundial. Con ayuda de cátedras y unos buenos años, no seremos ni sombra de la guerra y violencia que vivió la historia de nuestro país.
Santos nos deja un país más tranquilo, con menos violencia, más esperanzado y además con otro premio nobel, esta vez por la paz.