Los mercados bursátiles del mundo han empezado a sufrir colapsos en sus indicadores económicos, producto de las consecuencias de la guerra comercial entre EE UU. y China, que se ha venido presentando durante los últimos meses. El creciente déficit comercial que ha venido presentando la economía de los Estados Unidos durante las últimas dos décadas, ha hecho metástasis en la actual administración de Donald Trump. El mundo ha conocido su estilo autoritario, que le ha permitido imponer una nueva gobernanza, a través de sus permanentes trinos que emanan mensajes que generan ruidos innecesarios, que impactan de alguna manera, a todos los habitantes de este planeta.
Fenómenos económicos que se han presentado en el sistema monetario de la China, por la incertidumbre generada por la escalada de la guerra comercial y la devaluación del yuan, los inversores movieron sus capitales esta semana, buscando refugio en monedas duras como el yen japonés, el dólar estadounidense o el franco suizo, mientras que otros compraron oro para protegerse de la volatilidad.
El gigante asiático tomó la decisión durante la presente semana de devaluar su divisa a un mínimo en los últimos 11 años, solo días después de que la Casa Blanca anunciara que impondrá otro 10% en aranceles a los productos procedentes de China por un valor de US$300.000 millones a partir de septiembre. Washington no demoró ni un segundo en calificar a Pekín como un manipulador de divisas y el gigante asiático le advirtió que esas acusaciones pueden provocar el caos en los mercados financieros.
El creciente riesgo de una recesión ha hecho que inversionistas busquen activos más seguros, disparando el oro, los bonos estadounidenses y el dólar. Todo lo anterior ha generado un impacto negativo en las economías mundiales, especialmente la colombiana. Productos de la canasta básica o insumos importados podrían ajustarse a los movimientos cambiarios e incrementar su valor. Y, por ende, se puede presentar en los próximos meses, un aumento de la tasa de inflación, desbordando las metas previstas para la actual vigencia.
Expertos monetaristas, han expresado que el peso colombiano es hoy, una de las monedas más devaluadas: exactamente la segunda después de la de Brasil. El entorno global, principalmente el recrudecimiento de esta guerra comercial, naciones entre las que se han producido ya retaliaciones de un lado y de otro, le pegan al comportamiento de la divisa norteamericana. Esta dinámica económica no es ajena a los colombianos de a pie, pues los bienes y servicios que se consumen, en algún punto, tienen una relación con la moneda estadounidense en las cadenas globales de valor.