Según la Constitución Política de 1991, en el artículo 20 dice “Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social”, pero que tan cierto o más bien que tanto se cumple de este pequeño artículo pero con una gran responsabilidad, que se encuentra escrito en la Constitución.
La censura de la prensa ha costado la vida de muchos periodistas, o que por el miedo a no ver amenazada su integridad callan, retractan sus ideas y deciden contar una verdad a medias a la ciudadanía. Este tipo de censura se ha presentado en muchos países y Colombia no es la excepción, en la época de los 80 y 90 con el narcotráfico y los grupos armados ilegales, la prensa se vio amenazada, un hecho que impactó fue la destrucción de la sede de El Espectador, ocurrida en la madrugada del 2 de septiembre de 1989.
Entre los años 1983 y 1991, el año donde hubo más registros de asesinatos a periodistas fue en 1989 con 14, de los cuales siete, fueron cometidos por el narcotráfico quien fue el principal causante a nivel de autocensura en la prensa.
Según la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) fundada en 1996, quien vela por la protección a los periodistas, lamentan profundamente en el hecho de no haber estado presente en los años donde más asesinatos ocurrieron, al igual que los atentados a los establecimientos de los medios de comunicación, sin embargo no justifican el hecho de que muchos periodistas, no tuvieron el apoyo necesario que deberían en cuestión de solidaridad, como ocurre hoy en día, ya que existe un despliegue de información por medio de la redes sociales que ayudan mucho en esta causa.
El miedo sigue siendo una constante en esta profesión, tan amada por unos, odiada por otros, pero que su función sigue siendo la misma desde hace décadas y es informar sobre lo que ocurre en las esferas, sociales, culturales, políticas, de nuestro país o región. Dar voz a los que no la poseen es una de las mejores herramientas, los medios de comunicación, al igual que los periodistas nos debemos al pueblo, a la ciudadanía para que por medio de nosotros puedan dar a conocer una problemática o situación que ocurra.
El periodismo más que una profesión es una pasión para quienes la practicamos y ese debe ser el motor que nos mueva, a ser a cada vez mejores, es un oficio el cual debe traspasar el miedo, porque la verdad siempre será cuestionada desde todos los puntos de vista y a muchos como en este país no les gusta escucharla o que se la recuerden, pero una cosa si es cierta seguimos adelante, como el titular que salió luego del bombazo en las instalaciones del periódico El Espectador, seguimos aquí, para seguir luchando contra la censura, la corrupción y a favor de la libertad de expresión, la libertad de prensa.