Según analistas y expertos, el Código de Policía está desconectado de la realidad social de un país como Colombia que vive del ‘rebusque’, y en donde se registran altísimas tasas de informalidad.
«La norma no puede aplicarse por igual en todo el país porque las ciudades tienen problemáticas y conflictos sociales y estrategias policiales diferentes, y la inversión y capacidad técnica de las alcaldías para implementarlo no es homogénea», indicó Juan Carlos González, politólogo.
Debe prevenir
El espíritu del Código de Policía es preventivo, no coercitivo. Los alcaldes, como máxima autoridad de Policía en sus jurisdicciones deberían establecer los alcances de la aplicación de la norma y parece que el primer mandatario de Magangué, Pedro Alí Alí, no lo ha hecho.
De cómo las autoridades lo entiendan e implementen, depende que este cumpla su objetivo; de lo contrario y como está sucediendo, podría terminar limitando las libertades ciudadanas, ya que el ejercicio policial en la aplicación del Código es altamente discrecional.
El único buen ejemplo
El alcalde de Cali, Maurice Armintage dio instrucciones a su Comando de Policía para que no apliquen los numerales 4 y 6 del artículo 140 del Código de Policía. De esta manera intenta frenar lo que él considera “una persecución contra los vendedores ambulantes”, pues explica que existe en el país una mala interpretación de este. No es populismo sino sensatez, voluntad política y sensibilidad social.