Las problemáticas juveniles como la drogadicción, la desesperanza, la ausencia de proyectos de vida, la delincuencia y hasta el suicidio, entre otras, se pueden prevenir con el fortalecimiento de estas disciplinas en la escuela, la familia y la sociedad.
La recreación y el deporte abren ventanas a las personas para el cultivo de emociones fundamentales en el aprendizaje de la convivencia: la confianza y la aceptación del otro en su legitimidad. Ofrecen múltiples oportunidades para aprender a compartir, a proceder de acuerdo con normas , valorar el hecho de participar, disfrutar los triunfos , aprender las lecciones que traen las derrotas, pero sobre todo a valorar las bondades y exigencias del trabajo en equipo que conduce a crecer juntos y lograr metas comunes. En esencia el juego y las prácticas deportivas son valiosos en la interacción humana puesto que permiten la integración e inciden notoriamente en la construcción del individuo como ser social. El desarrollo y conocimiento del cuerpo a través de la educación física fomenta la autoestima. Por eso es una herramienta efectiva para incentivar valores y habilidades de manera sana y divertida. Practicar alguna disciplina física o hacer deporte a temprana edad, según la psicóloga Annie de Acevedo, “activa todas las funciones cerebrales indispensables para su desarrollo cognitivo general y enseña una serie de habilidades y conocimientos que les serán de gran ayuda durante toda su vida”.
Por estas razones es importante fortalecer el área de Educación Física en las instituciones educativas en todos sus niveles. La Ley General de Educación (Ley 115 de 1994), en sus fines la estableció como área esencial y obligatoria. Sin embargo, el Ministerio de Educación Nacional con sus reformas administrativas, su visión econométrica y de competencias mínimas en la formación humana, en su afán de racionalización de la planta docente, ordenó la reubicación de los licenciados en Educación Física que ejercían su labor en todos los niveles de la educación básica primaria, privando a los niños y niñas de la interacción con docentes expertos en esta materia. Por eso, en vez de fomentar el área referida lo que se observa en el plan de estudios de las Instituciones educativas del país es la disminución de la intensidad horaria y sin ser dramáticos, la no implementación de esta importante asignatura en nuestras escuelas.
Esa es la triste realidad. El Sistema Nacional de Deportes creado desde 1981, sustituido recientemente por el Ministerio del Deporte mediante decreto presidencial, no integró, ni transversalizó sus procesos de formación con todas las instancias de la institucionalidad, ni apoyó nuestros deportistas. La gran mayoría de ellos se han hecho a pulso, solo con el apoyo de su familia y de los buenos corazones, como dice el adagio popular, pero nos han dado júbilo y unidad nacional especialmente en el ciclismo y el fútbol masculino, porque entre, otras cosas, el femenino aún no despierta las mismas emociones por la cultura patriarcal prevaleciente en nuestro país.