El próximo domingo los ciudadanos tenemos una cita importante: la elección de mandatarios locales. Me sorprende que en Cartagena se sienta una absoluta apatía electoral y que el número de personas que manifiesta no saber por quién votar sea tan alto. Igualmente, que tanta gente diga que piensa votar en blanco que en realidad se traducirá en abstención.
No me cabe la menor duda que estas situaciones se deben a la forma en la que se ha adelantado la campaña. Los candidatos se han dedicado a atacarse entre ellos, a descalificarse, dejando en un segundo plano sus historias de vida y más aún sus propuestas. Ese tono espanta y cansa a cualquiera. Sin embargo, los ciudadanos deberíamos hacer el esfuerzo de abstraernos de ese juego, de salirnos de esa lógica y de conectarnos con la esencia de los diferentes aspirantes.
No dejarnos arrastrar por sus tácticas de campaña y buscar información que nos permita escoger. Todos los medios hemos hecho un esfuerzo por publicar las hojas de vida y los programas de gobierno, herramientas de consulta suficientes para tomar la decisión. En los debates hemos sido testigos de los agarrones entre los aspirantes pero también hemos tenido la oportunidad de escuchar el alcance de sus planteamientos.
A estas alturas no hay excusa, tenemos elementos para votar informados. No perdamos de vista que está en juego el futuro de nuestras ciudades y departamentos, nuestro futuro. No dejemos que elijan las minorías, no dejemos en manos de las maquinarias la decisión. Votemos a conciencia, sin miedo, sin pensar en lo que digan las encuestas. Votemos con madurez por quien la razón nos diga.