
Luego de una extensa investigación de diez años por parte del Southern District of New York, el Departamento de Justicia y la DEA, el Gobierno de Estados Unidos ha decidido, finalmente, presentar cargo por narcotráfico y ponerle precio a las dos principales cabezas del régimen chavista de Venezuela: Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. $15 millones de dólares por el primero y $10 millones por el segundo.
Además de Maduro y Cabello, Estados Unidos también presentó cargos contra otros funcionarios: el ilegítimo presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno; el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López; Tarek El Aissami; el militar retirado y presunto disidente del chavismo, Cliver Alcalá Cordones; al ex jefe de inteligencia chavista, Hugo Carvajal, entre otros. El Gobierno americano también ofrecerá $10 millones por los tres últimos. Maduro es el que mejor se cotiza.
Esta decisión cambia el juego. Y la medida la anunció el fiscal general William Barr y el Departamento de Justicia este jueves a las 11 de la mañana.
Tres fuentes dijeron al PanAm Post que la decisión de informar las medidas iba a hacerse la semana pasada pero, debido a la crisis provocada por la pandemia del coroanvirus, se pospuso. Ahora, tomando en cuenta lo vulnerable que está el régimen de Nicolás Maduro a propósito precisamente de la crisis mundial, Estados Unidos ha decidido dar un golpe letal.
Es un torpedo que altera completamente las reglas del juego y que obliga a todas las partes a cambiar su dinámica. Aún se desconoce cuál será la postura que tome el Gobierno de Estados Unidos frente al presidente legítimo Juan Guaidó, quien es la autoridad que reconocen.
Actualmente, a propósito de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, el régimen chavista se encuentra sumamente vulnerable. Hace días, Nicolás Maduro solicitó un préstamo millonario al Fondo Monetario Internacionl con el fin de paliar la inminente crisis humanitaria que provoque el virus. La respuesta fue negativa. El gesto, sin embargo, exhibe la posición en la que se encuentra el régimen ya que el Fondo Monetario Internacional siempre fue visto por el Socialismo del Siglo XXI como una especie de fantasma capitalista que debe ser confrontado.