Tras una reunión entre el presidente Gustavo Petro, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y los comandantes de las Fuerzas Militares y de Policía, se definió la nueva cúpula castrense.
Así las cosas, el mandatario anunció cómo quedará conformada su cúpula. El comandante de las Fuerzas Militares será el mayor general Hélder Fernan Giraldo Bonilla, en reemplazo del general Luis Fernando Navarro y como segundo comandante estará Jairo Alejandro Fuentes Sandoval, quien es el actual comandante del Comando Conjunto del Caribe N°1.
Como jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares queda el vicealmirante José Joaquín Amézquita.
La comandancia del Ejército estará a cargo del general Luis Mauricio Ospina Gutiérrez, quien reemplaza a Eduardo Zapateiro.
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El máximo comandante de la Armada Nacional es el vicealmirante Francisco Hernando Cubides, quien entra por el Almirante Gabriel Alfonso Pérez Garcés. En la Fuerza Aérea Colombiana llega como comandante el general Luis Carlos Córdoba Avendaño y el segundo comandante será el general Carlos Fernando Silva.
Y en reemplazo del general Jorge Luis Vargas está al frente de la Policía el general Henry Armando Sanabria Cely y como subdirectora de la Policía Nacional quedará la brigadier Yackeline Navarro, quien es la segunda mujer que ocupa este alto rango.
Sobre los nombramientos de los altos mandos, el presidente Petro aseguró: «No miramos pensamientos políticos. Nos interesa que la fuerza pública sea profesional en todo el sentido de la palabra, que pueda valorar a sus hombres y mujeres. Queremos una política de dignificación y mejoría de la calidad de vida de soldados y de policías».
Así mismo afirmó que es necesaria una «fuerza pública más democrática y que la educación sea el factor clave para la profesionalización de toda la fuerza pública». Sobre las decisiones tomadas, puntualizó que «hay grados de injusticia. No son decisiones perfectas y yo tengo que agradecerle a todas las personas que salen del servicio por estas decisiones».
Por otro lado, insistió en que la concepción de la seguridad humana debe primar, para que el «éxito no estribe en el número de muertos, sino que el éxito estribe en que disminuyan sustancialmente las masacres y aumenten las libertades y los derechos de las personas».
En ese sentido concluyó que la fuerza pública «no solo tiene que tener la información operacional y militar, sino que tiene que tener la información social. Muchas veces el crimen y la violencia disminuyen si deja de haber hambre y si los jóvenes tienen posibilidades de acceso a la educación».
Reafirmó el presidente que con estas consideraciones: «Tendremos la construcción de una política del amor entre la fuerza pública y la sociedad colombiana».
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