En los 22 años que lleva Pedro Muñoz trabajando para la ESE Hospital Local de Marialabaja, jamás había sentido tanta incertidumbre y preocupación por su futuro financiero y laboral, pagos de salarios y primas atrasadas, quejas de los pacientes por mala atención y crecientes demandas y embargos, que han sumido a la ESE en un estado crítico y a las puertas de una intervención de la Superintendencia de Salud. O peor aún, de una liquidación definitiva que amenaza con dejar a los más de 6 mil usuarios y a los 60 empleados de planta y 35 de OPS en un limbo.
“Es una situación pésima, estamos muy mal administrados, no sabemos qué hacer porque tenemos obligaciones en nuestras familias, pero la situación cada vez es peor. Algunos tienen que prestar dinero y hacer marañas para sobrevivir, y lo que más nos da temor es que tomen una decisión sin tenernos en cuenta y que nos afecte”, aseguró Muñoz, secretario de la subdirectiva Anthoc Marialabaja y trabajador de la ESE.
“Hemos llegado a acuerdos con la gerente pero nunca los cumple, a mí me deben más de seis meses y nos dijeron que esta semana nos iban a pagar y nada”, aseguró otro trabajador que prefirió reservar su identidad por miedo a represalias en su contra.