Por: Omar Cuello Romero
A partir de esta semana, entra la normalidad en nuestro país, tras un largo puente festivo de diciembre, y aunque las vacaciones para algunos sectores continúan, prácticamente por estos días empiezan a abrir sus puertas el comercio, las instituciones educativas, el poder judicial y el regreso al trabajo es inminente.
La verdad es que además de la normalización de las actividades, también los colombianos empezaremos a sentir los rigores en todos los órdenes, con la cascada de impuestos, la reforma tributaria, las alzas en el combustible y la canasta familiar, sin pensar en el regreso a clases de los estudiantes que es otra pesada carga a la que los padres de familia se enfrentan por esta temporada.
A propósito de la tarea escolar, esa es otra situación de carga pesada de los hogares colombianos, especialmente en el nivel de los colegios privados en donde se presentan casos de abusos por parte de las directivas de esas instituciones por las descaradas tarifas en matrículas, pagos de mensualidades y la lista de útiles inútiles que se suben a los cielos.
Año nuevo vida nueva, si es verdad pero con cambios en todos los sentidos, en donde no hay gobierno que controle las especulaciones en los alimentos, los combustibles, el transporte urbano y los elevados costos en la salud y educación.
Esperemos si el gobierno del cambio se demuestra verdaderamente en esta ola del alto costo de vida, para controlar y poner en cintura a los especuladores que se aprovechan de la confusión social y política para pescar en río revuelto.
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