OMAR CUELLO ROMERO
Luego de año y medio largo de la crisis generada por la pandemia de covid 19, cuando todavía la población mundial de seres humanos no se repone bien, es oportuno reconocer la labor abnegada de miles de profesionales de la salud que en medio de muchas dificultades se dedica a la tarea de salvar vidas a un alto precio, incluso, del costo de sus propias vidas
Médicos, paramédicos, enfermeras , camilleros, administradores de salud en general, han ofrendado sus vidas en medio de la atención de seres humanos afectados por la terrible enfermedad del covid 19, que muy a pesar de la vacuna que en este momento se aplica, todavía queda mucho camino por recorrer, quien sabe hasta cuándo.
Esa decisión solo la sabe Dios en su infinita misericordia, porque eso sí tenemos que andar de la mano del Ser Supremo para poder paliar la situación tanto de la salud integral como social y económica.
El homenaje y los aplausos se los tiene que llevar el equipo de salud de millares de hospitales, clínicas y centros de salud de todo el mundo, porque en honor a la verdad este sector social ha llevado la peor parte en esta pandemia, sacrificando sus vidas, su precioso tiempo y de paso exponiendo al peligro a familiares.
En el caso de Magangué, sobre el tema hospitalario de frente a la pandemia se ha llegado al extremo que pacientes y familiares de éstos, en medio del desespero agreden a los servidores de la salud de manera física y verbal, hasta el punto que han suscitado enfrentamientos entre las partes, derivándose inclusive amenaza de muerte contra los médicos y enfermeras.
¿Alguna vez han visto a un médico o enfermera llorar en un centro asistencial?, también tienen sentimientos y lo hacen en silencio, cuando después de ingentes esfuerzos, se les muere un paciente y cuando eso les pasa, algunos hasta piensan abandonar su trabajo.
Es hora de pensar con sensatez para que a nuestros trabajadores de la salud se les devuelva su importancia social de salvar vidas.
Con todo eso, todavía existe en nuestro país la conciencia negra en aquellos gobernantes indolentes que se hacen los de la vista gorda al no pagarles de manera puntual los salarios a los servidores de la salud y, lo que es peor manteniendo en el completo abandono los centros hospitalarios en donde aún se carece de los medios decentes y científicos para enfrentar el covid 19.
Es hora de rodear a esos miles de compatriotas que trabajan en nuestros centros de salud capoteando la tempestad humana derivada de la pandemia.