En 1968, la maestra Jane Elliot realizó un experimento dividiendo a su clase según el color de ojos para demostrar los efectos de la discriminación. Rápidamente, los niños comenzaron a adoptar roles de superioridad e inferioridad, mostrando cómo el racismo se aprende y se impone socialmente. Este experimento, similar a la trama de la película «El zorro y el sabueso», nos invita a reflexionar sobre cómo se forman los prejuicios y cómo podemos combatirlos desde la educación y la empatía.
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