El municipio de El Peñón, en el sur del departamento de Bolívar, se oficializó en noviembre de 1994. De acuerdo con los registros históricos, fue fundado el 13 de junio de 1.737 por el capitán español Diego Ortiz Nieto con el nombre de San Antonio del Peñón, pero el 30 de noviembre de 1995 la Asamblea de Bolívar lo erigió como municipio, segregándolo de San Martín de Loba.
Actualmente cuenta con 12 mil habitantes, de los cuales 6.000 están en el casco urbano y el resto conforman los seis corregimientos y veredas. En los últimos años este municipio ha comenzado a transformarse con el apoyo de sus habitantes y la administración, que actualmente ejecuta obras con el apoyo de la Gobernación de Bolívar, para brindar a los pobladores mejores condiciones.
Liliana Venecia Elles, representante del barrio El Cerro, asegura que esperaron 24 años para que se ejecutara la obra que tanto necesitaban.
“Esto es una muestra de que cuando hay voluntad, todo se puede. Ese trabajo de pavimentación lo hicieron con el apoyo de la Alcaldía en la calle principal de ese sector porque tenían dificultad para transitar”, asegura Venecia.
Durante años lucharon por esa inversión, porque era imposible movilizarse por allí, ya que esta era una vía pedregosa y para ir a otros sectores del municipio debían caminar mucho.
La mujer dijo que ese ejemplo deberían impulsarlo en otros barrios para que la población se integre y trabaje por mejorar los entornos. Otros, como el concejal Edwar Centeno, señalan que la obra más importante que han visto en el municipio está relacionada con la inversión hecha por Aguas de Bolívar E.S.P. S.A., para optimizar el sistema de acueducto. La obra ha mejorado el servicio en un 80% en el casco urbano y esperan que el agua sea óptima.
En cuanto al acueducto en el casco urbano, los trabajos están direccionados a la construcción de una nueva barcaza con dos bombas para la captación del agua. También a un desarenador, una planta de tratamiento, lecho de secado y estación de bombeo.
La obra, que avanza en un 98%, tiene una inversión de unos $8.000 millones. A través de esos recursos construyeron la linea de impulsión hacia los corregimientos de Peñoncito y Castañal, las redes internas del casco urbano y los medidores.
Otras inversiones
El alcalde Leonard Baquero Macías sostuvo que entre las inversiones más representativas están las 98 viviendas de interés social que recibieron familias víctimas de la violencia.
“Este proyecto lo buscamos mucho tiempo y ahora muchas familias tienen un techo propio para vivir. Otras inversiones que se realizan también son muy importantes”, agregó el mandatario.
Baquero añadió que también han realizado obras para el control de inundaciones con material de préstamo literal y roca, en la margen izquierda de la ciénaga La Tigra y el Brazuelo de Papayal, en el punto conocido como El chorro de popo. El proyecto lleva un terraplén que fue construido en el corregimiento de Castañal, con una base de 28 metros, una corona de 12 metros y una altura variable con un talud de 45%.
Igualmente, en el corregimiento La Humareda, construyeron un sistema de acueducto rural, el cual consta de un tanque elevado, un pozo profundo, instalación de redes de distribución y las acometidas domiciliarias.
El alcalde indicó que con esa inversión mejoraron la calidad de vida de esa comunidad, ya que padecía por la falta de agua, sobre todo en temporada seca.
Así mismo, entregaron 200 nuevos apartamentos en el Mirador de Catalina, para familias de escasos recursos.
Agua, luz y gas natural
Corregimientos como Peñoncito, Pumareda y Castaña cuentan con los servicios de aseo, energía eléctrica y acueducto.
“Hay familias que viven hacinadas, pero esa crisis ya comenzamos a cambiarla con la entrega de los apartamentos, los cuales comenzarán a habitar muy pronto”, manifestó el alcalde.
Megacolegio
Para garantizar la calidad en la educación, la Gobernación de Bolívar construye un megacolegio en el corregimiento de Chapetona, para atender 300 estudiantes, tanto de primaria como de bachillerato. De acuerdo a algunos habitantes del corregimiento, esa obra va a terminar con el problema de que los estudiantes reciban clase en condiciones indignas.
Los niños y los ancianos también cuentan con un Centro de Desarrollo Infantil (CDI) y una centro de Vida Digna, respectivamente, para que puedan realizar sus actividades lúdicas.