Sea de izquierda o de centro o colombiano sin posición política, si hay algo que se tiene claro hoy, es el karma con el que está cargando el gobierno del presidente Duque con la figura fantasmal del ex presidente Uribe.
Y no solo esa idea se tiene en la población colombiana, sino que también es sentir de la comunidad internacional, como quedó demostrado en un artículo reciente de la revista “The Economist”, que señala la falta de dirección que se ve del actual gobierno.
The Economist hace especial énfasis en las recientes encuestas en las que la imagen de favorabilidad de Duque cae drásticamente y luego analiza uno por uno los principales retos de su gobierno. «Ha nombrado un gobierno a su propia imagen. Tiene mucho sobre la mesa y se ha topado con dificultades políticas. El índice de aprobación de Duque se ha desplomado a solo 27%, desde 54% en septiembre, según una encuesta realizada este mes por Invamer», dice.
Y es que hoy realmente no se sabe quién gobierna en el país, si el Presidente Duque elegido en las urnas por un importante número de colombianos o su mentor político Álvaro Uribe quien por dos periodos consecutivos ostento el poder desde la Casa de Nariño.
Se debe reconocer, eso sí, que durante estos más de cien días de gobierno de Duque, el presidente ha sido más ejecutivo que el mismo Uribe cuando gobernó al país.
Quien lo creyera, hoy el peor enemigo que tiene el presidente es la misma colectividad que lo llevo al poder y que parece no le perdonan el haber apoyado que siga el proceso de paz, no haber tenido en cuenta el apetito burocrático de sus integrantes quienes al mejor estilo de la mermelada le piden gobernabilidad, es decir más burocracia para ellos y menos para las demás colectividades.
Y no le perdonan tampoco que el mandatario de los colombianos siga empeñado en logar la unidad nacional y un acuerdo sobre lo fundamental.
Y es por eso que el mismo Uribe pide que “enderece”, y no hay que ser muy inteligente para entender que ese “enderece” que le pide se trata de la mermelada que necesita esa colectividad ad portas de las elecciones regionales del año entrante en donde quieren tener una figuración preponderante.
Por eso, el Karma de Duque, es y seguirá siendo hasta que no se desmarque de manera pública, Uribe y el Centro Democrático para así poder gobernar para todos los colombianos y con independencia.