Producto de la situación económica que viven los colombianos, la moto se ha convertido en el principal medio de transporte de las familias por los bajos costos y la fácil locomoción por las diferentes vías de las ciudades y el campo. Igualmente se ha convertido en un medio de sustento para las familias que no encuentran oportunidades de trabajo en la región. La movilidad vial de una ciudad es un escenario complejo donde los actores demuestran, mediante su comportamiento, concepciones sobre el tránsito, la conducción y la seguridad, no muchas veces consecuente con el bienestar común de las demás personas. Las recurrentes infracciones de los conductores de estos peligrosos velocípedos, son una manera de percibir estas desafortunadas concepciones, cuyos efectos son los altos índices de mortalidad, lesión y daños por causa de accidentes.
Para nadie no es un secreto que desde hace varios años se viene incrementando el fenómeno del transporte informal en la ciudad de Magangué. Prestan este servicio a la ciudadanía, que ingenua prefiere arriesgar su integridad haciendo uso de una moto para llegar a su destino, antes que utilizar el transporte público. Lo que ignoran los usuarios de este medio de transporte ilegal, ocasiona la más alta cifra de incidentes en la vía y son los responsables del mayor número de muertes, después de los peatones.
Conducir moto en Magangué, sin guardar las precauciones y las normas de Tránsito sigue siendo un peligro rodante. Los muertos por accidentes con este medio de transporte cada día aumentan. Se estima que el 39% de los siniestros son ocasionados por vehículos y el resto por motos. Además, el mototaxismo se ha convertido en un fenómeno social producto de la situación de pobreza en que se encuentra una significativa proporción de la población económicamente activa que no encuentra oportunidades laborales y que buscan a través de esta actividad económica informal, el medio de sustento personal y el de su núcleo familiar.
Esta situación la están viviendo todas las ciudades del país y el gobierno nacional no ha podido frenar esta situación que cada vez aumenta y que se ha convertido en el principal factor de competencia para los taxistas organizados gremialmente. Todas razones válidas. Pero no se trata de estigmatizar la moto como un actor clave de la movilidad. Lo que se cuestiona es el tipo de servicio que se ofrece, pues no brinda garantías de seguridad al usuario, no existen pólizas que amparen al pasajero, no se tiene la experiencia, ni la pericia y tampoco se expiden licencias para que se cumpla con dicha labor.