Con el Covid-19, Latinoamérica puede caer en una catástrofe sanitaria, o si se logra controlar el virus, teniendo un número muy por debajo de los infectados y de las víctimas mortales con respecto a Europa, EEUU y China, la región sale adelante, eso sí descartando a tres países, que son Cuba, Venezuela y Nicaragua, cuyos regímenes totalitarios nunca están con la verdad.
Porque si Latinoamérica sale adelante en esta crisis sanitaria, tendrá que superar el neoliberalismo y la globalización, pensando más en la producción interna de las diferentes naciones, ya que hay que descartar ese prurito sobre el imperio, que es utilizado de manera supina por parte de sectores de la llamada izquierda, para llevar a cabo sus torvos planes y someter a los pueblos.
El dictador Nicolás Maduro, ante las acusaciones de narcotraficante y terrorista que le hacen desde USA, poniéndole un precio a su cabeza de 15 millones de dólares, mete bramidos y desconociendo la gravedad de las acusaciones, sigue insistiendo cínicamente para que el gobierno colombiano le reconozca su régimen usando de coartada al Coronavirus, cuando es muy bien conocido que a las dictaduras comunistas poco les importa la salud de las masas, pues lo que les interesa es mantener el poder al precio que sea.
De acuerdo a la Worlddometers.info, que da los datos del Coronavirus en tiempo real, hay países en Latinoamérica que tienen esperanza de salir adelante frente a la pandemia, sin tener que mentir como lo hacen los regímenes totalitarios marxistas, y tenemos que citar a Uruguay, Bolivia y El Salvador que por ahora no tienen víctimas mortales, a estos hay que agregarles a Paraguay, Guatemala, Honduras, Costa Rica, todos los anteriores pareciera que están al otro lado, eso si nada extraordinario ocurre, lo que demostraría el talante latinoamericano ante las crisis. Esperando lo que suceda con Colombia, Panamá, Argentina, México, Perú, Chile, Ecuador y los demás países.
Indiscutiblemente ante la pandemia de Covid-19, cambiará la faz de la tierra, en donde la región tendrá que ponerse acorde frente a los nuevos retos; porque sectores como el turismo se podrán disminuir, pero a mediano plazo se convertirá en una fortaleza para Latinoamérica, si sale bien librada del riesgo que estamos viviendo.
Además de que se fortalecerá el nacionalismo, lo que puede conducir a una alarmante xenofobia, en diferentes partes, la cual hay que controlar para que la humanidad sea solidaria con base en la fraternidad; porque también superada la situación habría incremento del individualismo, lo que no contribuye al desarrollo armónico de los pueblos.
Hay que insistir en la autodeterminación y la autogestión, pues las mercancías chinas que han invadido al mundo; no pueden ser la razón de ser del comercio internacional, lo mismo que el sector extractivo debe de tener más control, ya que el petróleo no tendrá la misma significación que ha mostrado hasta ahora, así los mamertos sigan insistiendo en que los gringos buscan apropiarse del crudo venezolano.
Los cambios que se avecinan en la historia de la humanidad, hasta hace poco eran impensables, pero hay que asumirlos; abominando las doctrinas totalitarias, como el marxismo que tanto daño le han hecho a la especie humana, de ahí que la interacción entre las naciones latinoamericanas es vital, para que el continente se convierta en un símbolo de esperanza para todas las naciones.
Desde luego que Latinoamérica va a tener un papel fundamental en la conservación del medio ambiente, por los gases de efecto invernadero, ya que nuestras naciones no tienen el nivel de contaminación de la China que no solo es responsable de la proliferación universal del Coronavirus, sino que además es el país de mayor contaminación en planeta con más de 12 mil millones de toneladas de dióxido de carbono que envía anualmente a la atmósfera.
Así que Latinoamérica deberá cambiar su rumbo, tomando un nuevo camino que mediante sus propias fuerzas, la tendrán que conducir a la prosperidad para beneficio de sus habitantes, en donde la buena vecindad con Norteamérica no esté plagada de los prejuicios que han vendido los comunistas con sus idiotas útiles, que con un coro antiimperialista crean una serie de complejos que no han permitido el desarrollo social y económico que tanto se necesita.
Por eso es menester detestar los dogmas totalitarios que son los que siguen las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, con las cuales por ahora no se pueden contar para una genuina integración latinoamericana, ya que sus intenciones son infames para someter a las masas; entonces se está ante el cataclismo o la renovación, esperando que el camino latinoamericano sea la renovación, para la supervivencia humana, fortaleciendo la libertad y la democracia.