«Diciembre llegó con su ventolera», como dice la canción, pero también con especulación en los precios de alimentos de la canasta familiar, prendas de vestir, pasajes por las nubes, restaurantes caros, además de los abusos de algunos comerciantes locales de Magangué de elevar los precios normales en sus productos, haciendo que el comprador salga de la ciudad hacia otras localidades con la finalidad de que su dinero le rinda para surtir la familia de artículos básicos de esta temporada decembrina de fin de año.
Es que ya es costumbre en Magangué que el comercio local, en ciertos casos, especialmente en prendas de vestir como ropa y calzado, dispare los precios por encima de la realidad que, en otras plazas se encuentra por debajo de lo imaginado, todo lo cual genera fuga de dinero con toda razón, porque el bolsillo de los compradores no alcanza para tantos abusos.
Entendemos que la situación actual del comercio es crítica a causa de las inundaciones y la falta de empleo, pero tampoco amerita que bajo este pretexto se especule con los precios de artículos de primera necesidad en tiempo de fin de año, porque como dice el adagio popular» el palo no está para hacer cuchara».
Sería importante que en lo sucesivo, la Superintendencia de Industria y Comercio y las propias Cámaras de Comercio tomen cartas en el asunto para evitar que por falta de vigilancia y control el comercio en general se perjudique y de paso se afecte la economía regional en todos los órdenes.
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