Por: J. J. Rubiano
El diario acontecer de las acciones que se hacen públicas en nuestro país, nos hace inferir que realmente no nos deberíamos llamar Colombia sino Locombia, pues estos hechos son más de una nación en donde la permisibilidad de sus ciudadanos, nos llevó a aceptar acciones que en cualquier otra nación serian consideradas como absurdas y en contras del Estado de derecho y la democracia.
Por ejemplo, Colombia es la única nación en donde cuando la Ley investiga o está encima de una de sus figuras políticas –caso Uribe- por “al parecer” violación de la misma, se propone que la Ley sea reformada, con el único fin de beneficiar al implicado.
O casos como el de una senadora del partido de gobierno “vociferando” de un supuesto fraude electoral cometido en las elecciones de los Estados Unidos, cuando sobre la misma pesan investigaciones “engavetadas” por el delito de fraude electoral por el “presunto” delito de compra de votos.
Que tal la del actual ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, que aspira a llegar a la gerencia del Banco de la República, después de haber postrado al endeudamiento a más de cien municipios en Colombia, con sus famosos bonos “Carrasquilla”, en una maniobra que se ideo siendo titular de ese despacho y que le dejo jugosos dividendos.
Pero en Locombia todo puede suceder y nada nos puede sorprender, ni siquiera el hecho que un representante a la Cámara que está siendo investigado por la Corte Suprema de Justicia, llegue a la comisión de “absoluciones”, perdón de acusaciones, cuando esta es la que investiga a los miembros de la Corte.
Locombia es la única nación en donde bajo la figura de ser una democracia, el partido de gobierno lenta y paulatinamente se está haciendo a todas las posiciones de control estatal, colocando allí a sus fichas claves que puede manejar en su beneficio.
O que tal el caso de la “ñeñepolítica”, donde la fiscalía –adepta del gobierno- tiene crucificados y ad portas de la cárcel a dos integrantes de la Policía que descubrieron el ingreso de dineros ilícitos a la campaña del hoy presidente para la compra de votos y el caso “engavetado”, porque del mismo hacen parte “figureas descollantes” del partido de gobierno.
Es claro que el actual gobierno nos vio la cara de idiotas a los colombianos y por eso hace lo que hace diariamente, sin el más mínimo recato, lo que demuestra que les perdió el respeto a los ciudadanos.
Con todo esto que pasa, no es raro entonces, que de aquí a mañana nos salga con el nombramiento de un “bachiller” como ministro de educación y ustedes saben a quién me refiero.
Nota al Margen: El triunfo de Jou Biden en las elecciones de los Estados Unidos, es un triunfo de la democracia mundial que le arrebató a la derecha fascista manejada por lo ricos y poderos, su deseo de gobernar y creerse una raza superior que no respeta ni las leyes ni la igualdad de los ciudadanos. En Colombia ganó el proceso de paz, pues el nuevo gobierno –que en su momento fue garante de los acuerdos- estará vigilante de que se cumplan y vigilante de que no se sigan matando líderes sociales y reinsertados.