El anuncio del cierre de la tienda Tigo en nuestro municipio, que tomó por sorpresa desde los empleados hasta los mismos usuarios de esa compañía de telefonía celular, está sirviendo de “caballito” de batalla de algunos candidatos a la alcaldía en la justa del próximo 27 de octubre, o sus cuadros directivos, para de manera soterrada o con mensajes subliminales, generar un pánico frente al futuro económico del municipio.
La tarea ya la iniciaron en las redes sociales y la están socializando con el voz a voz en la comunidad.
Y si bien es cierto que es una lamentable noticia para los miles de usuarios de la empresa de esta zona del departamento, teniendo en cuenta que su cubrimiento se extendía hasta los municipios del sur, pues hay que reconocer que no es el “apocalipsis” comercial de Magangué.
No han faltado los extremistas que con intereses políticos en una u otra campaña política de los candidatos a la alcaldía, quieran hacer creer que esto tiene que ver o es responsabilidad de la actual administración, solo para sacar dividendos a su favor y aprovecha la oportunidad para prometer lo que no es de su resorte, ni de ninguna administración.
Es cierto que no es una buena noticia a nivel comercial para el municipio ni para la región, y mucho menos para los usuarios que como yo, lográbamos solucionar algunos de los problemas que se nos presentaban con las líneas.
¿Por qué se cierra la Tienda de Tigo?
Aquí hay que tener en cuenta dos cosas que son relevantes y que deben ser tenidas en cuenta al momento de emitir cualquier concepto frente al hecho.
Primero, que la empresa Tigo es una multinacional que está establecida no solo en Colombia sino a nivel Latinoamérica, que poco o nada le interesa cerrar la Tienda de Magangué porque ellos nos miden es en dinero y no en las necesidades de los usuarios.
Segundo, en atención al punto anterior a esta oficina –que la verdad sea dicha- prestaba un muy servicio a los clientes- se le impuso en cifras, números que no se pudieron cumplir, por la misma crisis económica que se vive en el país, no el municipio.
Retomando el tema que nos ocupa, hay que decir que se nos está volviendo costumbre criticar, protestar, romperse las vestiduras, llorar, pero no proponer soluciones de fondo mediáticas o a largo plazo.
Se nos ha olvidado – y de qué manera- que nosotros debemos ser parte de la solución y no parte del problema.
No hay duda que lo más fácil que hay en la vida es criticar y lo más difícil proponer.
Proponer salidas que nos permitan la reactivación económica y el desarrollo comercial de nuestro ente territorial, para que podamos estar a la par de otros municipios que sí lo están haciendo.
Bien planteaba en su última columna de opinión el Comunicador Social y Periodista, Joseph Roenes Galvis, no todo se tiene que estar moviendo alrededor de la política, porque todo no es político.
El “paracaidismo” utilizado por algunos para generar “supuestas crisis”, que solo buscan réditos en materia electoral, debe ser rechazado y antes por el contrario si se quiere lograr el favorecimiento en las urnas del elector primario, lo que se tiene es que plantear propuestas que den solución a la problemática.
Ahora bien, es cierto que el municipio está estancado en materia de crecimiento económico y desarrollo empresarial, eso no se puede negar, pero es un problema que tenemos que afrontarlo entre todos; gremios, Cámara de Comercio que debe liderar el proceso, dirigencia política y ciudadanos de a pie, todos unidos y de la mano.
Tenemos que refundar a Magangué para buscarle cual tiene que ser su hoja de ruta a seguir en el futuro, esa es una tarea de todos.
*Consultor y Asesor Político
Comunicaciones y Organización de Campañas
Email; jjpipo973@yahoo.com