Tras una gran polémica por los apoyos recibidos por la selección juvenil sub 17 femenino de fútbol, por la casi precaria participación para salir adelante, este domingo por fin las chicas colombianas le dieron una tremenda satisfacción a nuestro país, coronándose el onceno como subcampeón en ese torneo mundial en el que enfrentaron a España.
Cuando decimos de apoyos, nos referimos a que del todo la selección femenina de fútbol no contó como debió ser con el impulso del gobierno y de la empresa privada, pero más pudo lograr la razón que la fuerza cuando finalmente salió airosa con corona de gloria, luego de clasificar la semana anterior.
Con la creación del Ministerio del Deporte, y que ahora es la ministra una gran deportista, la negra Urrutia, es evidente que esta cartera como también la de cultura está llamada a ser los pilares del desarrollo a nuestros valores frente a los grandes retos que deja proclamarse como potencia de la vida.
Colombia a través de su historia en las últimas décadas ha arrojado glorias del deporte en todas las disciplinas, como el ciclismo, el boxeo, el voleibol, el fútbol, el béisbol y el patinaje, entre otras, que permiten declararse este territorio como una potencia mundial de «mente sana en cuerpo sano», porque muy a pesar de las limitaciones financieras, se impone el reto de escalar entre los grandes.
El triunfo de nuestra selección femenina de fútbol sub 17 en Europa ayer domingo, demuestra que en nuestra juventud está el futuro del país, pero se hace necesario que el Estado invierta más recursos en materia de deporte y cultura, como segmentos de desarrollo social y humano.
A nuestras mujeres aguerridas del fútbol colombiano va el saludo de felicitación por haber demostrado que si se puede hacer patria en medio de la crisis en que estamos, pero con la fe puesta en lo alto para seguir dejando el nombre de Colombia en la cúspide del éxito.
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