
Después de más de dos décadas en que se produjo un gran movimiento separatista de las poblaciones de Cascajal y Yatí, habitantes de esas localidades del municipio de Magangué han retomado la iniciativa de promoverse como futuros entes territoriales, desprendiéndose del territorio tradicional.

Para muchos observadores la idea no es descabellada, especialmente en el caso de Cascajal, si se tiene en cuenta que es una población próspera y bien organizada urbanísticamente.
De acuerdo a la norma vigente, las poblaciones que aspiren a convertirse en municipios deben cumplir con el mínimo de población referente al territorio en que se desprenda, además de contar con infraestructura urbana y rural aceptable. Así las cosas, les tocará a Cascajal y Yatí ventilar asesorías en materia de planeación para poder alcanzar esa anhelada y merecida categoría.
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