

Las autoridades capturaron a Juan Carlos González Cárdenas y Samuel Pérez Reyes, señalados como responsables del asesinato de Liz Berrío Toledo. Ambos enfrentan cargos por homicidio agravado, acceso carnal violento, ocultamiento de evidencia material y concierto para delinquir.
Investigación y detención
Según las pesquisas, Juan Carlos, quien tenía una relación cercana con la víctima, habría planeado llevarla a una casa abandonada en Santa Lucía con la intención de abusarla sexualmente, contando con la complicidad de Samuel.
Durante el ataque, Liz intentó resistirse y amenazó con denunciarlos, lo que llevó a Juan Carlos a propinarle un golpe mortal en la cabeza con una mano de pilón. Luego, presuntamente bajo los efectos de sustancias alucinógenas, ambos cavaron una fosa poco profunda donde intentaron ocultar el cuerpo.
Evidencias y contradicciones
La investigación avanzó rápidamente gracias a testigos que vieron a los acusados con Liz antes del crimen. Con esta información, las autoridades lograron ubicarlos en Montería: Samuel fue arrestado en el barrio Rancho Grande y Juan Carlos en el centro de la ciudad.
En los interrogatorios, ambos presentaron versiones contradictorias, intentando culparse mutuamente. Sin embargo, las pruebas apuntan a que Juan Carlos fue el autor intelectual del crimen y que Samuel participó en su ejecución.
Posibles condenas
Dado el peso de las pruebas, los acusados podrían enfrentar una pena máxima de 60 años de prisión si son hallados culpables de feminicidio con circunstancias agravantes. No obstante, si llegan a un acuerdo con la justicia, la condena podría reducirse a un rango entre 27 y 45 años de cárcel.
Las autoridades continúan con la investigación para esclarecer todos los detalles del caso y garantizar que los responsables enfrenten las consecuencias legales correspondientes.