El apoyo ciudadano y político para el nuevo alcalde será clave, en aras de transformar esa desesperanza que ha estado en el corazón de muchos magangueleños, y que ha gobernado durante los últimos años en los diferentes territorios de la ciudad.
Aunque el actual alcalde ha rescatado una ciudad que estaba en ruinas, totalmente abandonada y marcó un rumbo distinto para el progreso de Magangué, sus esfuerzos se quedaron cortos debido a la complejidad política, social y cultural que genera administrar una ciudad como esta.
Magangué despierta todos los días con problemáticas nuevas que acrecientan las dificultades que se tienen en temas tan sensibles como la movilidad, la seguridad y los servicios públicos, y por eso el alcalde electo deberá ser arropado por todos los que soñamos una ciudad integrada eficientemente que contemple un proceso social de actitudes, inversiones y apoyo ciudadano con crecimiento ordenado, con planificación, conocimiento, transparencia y consenso.
Durante las últimas dos décadas, la equidad urbana y la calidad de vida de nuestra gente se ha visto afectada por diferentes factores y por eso el alcalde electo tendrá que trabajar en muchos temas de desarrollo que permitan vencer barreras culturales para la ciudad, priorizando aquellos donde la gente disfrute habitar, trabajar, recrearse y educarse.
Aunque el alcalde Pedro Alí, entregará al nuevo alcalde una urbe más sostenible y más preparada para contrarrestar cualquier obstáculo, mejores espacios públicos para los ciudadanos, conectividad, conexión y una ciudad más resiliente que ha aprendido a resolver los problemas de vida de su gente, son muchos los temas donde el nuevo alcalde deberá enfocar sus esfuerzos para reducir la pobreza y la desigualdad y volver los territorios inclusivos y seguros.
Al nuevo alcalde no me queda más que desearle muchos éxitos en su labor de hacer de Magangué el mejor vividero del mundo.