Sin ninguna solución de fondo a la vista, espera en medio de la angustia la comunidad residente en el talud del jarillón del barrio Girardot de Magangué, por el inminente desbordamiento del rio Magdalena, ante la fuerte erosión que presenta ese muro de tierra que durante muchos años ha defendido de las inundaciones la zona sur de la ciudad.
El clamor de la comunidad de unos veinte barrios que circunda el jarillón no ha valido ante las autoridades locales, departamentales y nacionales, porque según las familias afectadas por la amenaza del rio no reciben respuesta para el reforzamiento de dicha muralla, como tampoco han recibido ayuda humanitaria por parte de los organismos del Estado.
Cada vez que llueve, los habitantes del sector se mantienen atemorizados por lo que pueda ocurrir en cualquier momento con una avalancha del Magdalena a la altura del sur de Magangué. De presentarse una tragedia natural, la crecida del rio podría cubrir como una manta de agua más de 30 barrios, incluido el centro de la ciudad, con incalculables consecuencias humanas y materiales.
El llamado angustioso de estas comunidades no da espera y responsabilizan a las autoridades oficiales por lo que pueda ocurrir.