“Llegamos acá a las 3 de la mañana. Vamos a hacer un asado y a compartir con los que vayan llegando. Hoy es un día especial para nuestra ciudad y sabemos que el mundo nos ve y por eso queremos mostrar que somos la mejor afición de ciclismo del mundo”. Puede que en otros lugares haya más dinero y una mejor organización, pero lo que no se puede comprar está de sobra en Colombia. Amor.
La última etapa del Tour Colombia dejó imágenes y recuerdos maravillosos. Desde El Retiro hasta el ascenso, familias enteras madrugaron para vivir la fiesta de cerca. Hubo disfraces, picnis, carpas, banderas, mensajes para los ciclistas y mucha gente. Aunque todavía no se sabe con exactitud cuántos salieron a ver la etapa, miles de aficionados de varias partes de Colombia y el mundo, fueron testigos del triunfo de Nairo Quintana. Sin embargo, entre la multitud había uno que no permitió que todo saliera bien. El lunar de la competencia.
La etapa arrancó en El Retiro y la fuga comenzó después del primer sprint especial que ganó Weimar Roldán, seguido de Steven Cuesta y Nathan Brown. Fue ahí cuando se desprendieron Edwin Ávila, Wilmar Paredes, Alex Cano y Diego Ochoa para una aventura que llegó a asustar al pelotón. Ávila, campeón del mundo de pista, ganó el premio de montaña del Alto de la Virgen y volvió a ser primero en el segundo sprint.
Los cuatro de adelante parecían cómodos pero un grupo perseguidor de 11 corredores metían presión, la misma que el Deceuninck en el pelotón que era el que hacía el trabajo de forzar para dar alcance a los fugados. Unos kilómetros más adelante Paredes se quedó y solo tres quedaron al frente de la carrera. Cano ganó el segundo premio de montaña.
En el comienzo al ascenso a Las Palmas, se quedó Cano y se unió a la fuga José Serpa pero el pelotón alcanzó al grupo perseguidor con Sky tirando a fondo con Henao y Froome a la cabeza. A 13 kilómetros de la meta, la fuga terminó. El costaricense Kevin Rivera se fue adelante intentando conseguir la hazaña pero apareció Winner Anacona para darle alcance e intentar una estrategia con Nairo Quintana.
A ocho kilómetros de la meta, Froome se quedó y Winner, en modo San Juan, se fue adelante esperando el ataque de su jefe de filas. Que se dio a cinco kilómetros. Nairo lo intentó y detrás de él se fueron Egan, Sosa y Supermán López. El líder Julian Alaphilippe no pudo y perdió el paso. La pelea era entre los cuatro colombianos.
Aunque la gente dio espectáculo también fue el punto negro de la última etapa y la competencia. El esfuerzo de Egan y Nairo se vio estancado por un aficionado que los mandó al piso. Por suerte, se levantaron y siguieron adelante. Tanto, que alcanzaron a Sosa y a Supermán que siguieron su camino luego del incidente.
La batalla continuó. Parecía que la caída había dejado a Nairo sin fuerzas porque se fue quedando poco a poco. Lo mismo pasó con Egan. Entonces Supermán y Sosa dieron un show de ascenso. Los escaladores en su máxima expresión para el mundo entero. Pero cuando se pensaba que la etapa era para alguno de los dos, Nairo decidió que no se terminaría la competencia sin una victoria. Siempre Nairo.
El boyacense, destrozado, sin nada que perder, se fue solo. Como en Amnecy Senmoz en 2013, como en Saint Lary el año pasado, y conquistó Palmas. Como dando la bienvenida a la edición del 2020 que puede ser en su tierra.
Miguel Ángel fue segundo y Sosa, tercero. Supermán es el nuevo campeón de la competencia, Egan Bernal le entrega su título porque hay un nuevo rey en el Tour Colombia. La historia del ciclismo se escribe en Colombia. Continúa con Nairo, Egan y Miguel Ángel y vuelve a nacer con Sosa, Martínez y Contreras.
En la general el top cinco es cundiboyacense. Iván Sosa fue segundo y Daniel Martínez, tercero. Egan ocupó el cuarto lugar, Nairo terminó quinto, Rigo sexto y Julian Alaphilippe, séptimo.
