Cristiano decidió el encuentro, disputado en el estadio King Abdullah de Yeda, en Arabia Saudí, con un cabezazo a la hora de juego y hundió a un Milán en el que el ‘Pipita’, en el medio de una tormenta por su futuro, solo disputó veinte minutos sin tener ocasiones de gol.
El portugués volvió a poner su firma en una gran vitrina, en un partido que suponía una oportunidad para el «ex» Higuaín para vengarse por su salida de Juventus el pasado verano y que puede quedarse como la última amarga página en su breve trayectoria en el Milán, ya que el interés del Chelsea en él se hace cada vez más insistente.
Tras ganar quince trofeos con el Real Madrid, entre ellos cuatro Ligas de Campeones, Cristiano no faltó a la cita con su primer título italiano y le dio al Juventus la octava Supercopa de su historia. Los turineses ya son el club más ganador de la historia de este trofeo.
Juventus impuso su ritmo al partido desde el comienzo y asustó al Milán con un zurdazo del brasileño Douglas Costa tras apenas 180 segundos y con un remate cruzado del portugués Joao Cancelo, recuperado este miércoles tras su operación de menisco, que rozó el segundo poste.
Intentó sacudirse el Milán, pero no lograba poner en apuros a la rocosa defensa de un Juventus que en la fase final de la primera mitad vio como el colegiado anulaba por fuera de juego del francés Blaise Matuidi y como Cristiano rozaba un golazo de volea al borde del descanso tras un centro de Douglas Costa.
Con el cuadro turinés en control del encuentro, Higuaín seguía sentado en el banquillo, después de que no participara horas antes en la foto de grupo tomada en la visita del Milán al príncipe saudí. Una ausencia que fue causada por la gripe sufrida por el argentino, según hicieron saber fuentes del conjunto «rossonero».
Sin embargo, el resultado permanecía en equilibrio y el Milán cogió coraje al empezar la reanudación, hasta tener su mejor ocasión en el 47, cuando el sustituto de Higuaín, Patrick Cutrone, estrelló contra el larguero un tremendo zurdazo desde dentro del área.
Durante algunos minutos el vigente campeón de Italia concedió unos contragolpes potencialmente peligrosos al Milan, pero su zaga aguantó y finalmente fue el Juventus quien rompió la igualdad en el estadio King Abdullah.
En el 61, el bosnio Miralem Pjanic colgó un perfecto balón en el centro del área y Cristiano fulminó a la defensa para anotar de cabeza el tanto del 1-0. Lo celebró con su clásico grito «Siuuu», acompañado por el público «juventino» presente en el coliseo árabe.
La decimosexta diana del astro luso en esta campaña (14 en Serie A y 1 en ‘Champions’ antes de la de este miércoles) obligaba al Milán a subir su peso ofensivo y el momento de Higuaín llegó en el 71, cuando sustituyó al español Samu Castillejo para acompañar a Cutrone.
La entrada del ‘Pipita’ fue acompañada por una pitada de parte de la afición árabe y a su ya delicada situación anímica se sumó, apenas tres minutos después, la expulsión con roja directa al marfileño Franck Kessie, castigado por una dura falta ante el alemán Emre Can.
En superioridad numérica, el Juventus ralentizó el ritmo y gestionó la posesión, ante un Milán que en el tramo final protestó por un posible penalti de Can al francés Timoué Bakayoko, que el colegiado decidió no otorgar tras una consulta con los responsables del VAR.
Así, tras cinco minutos de tiempo añadido, el Juventus pudo levantar su primer trofeo de una temporada en la que está decidido a ganarlo todo.
Por su parte, el Milán acabó con nerviosismo y el propio Higuaín, fastidiado por el posible penalti no concedido, tuvo un pequeño altercado con Leonardo Bonucci. Fue una noche dura para el ‘Pipita’, que también protestó duramente en noviembre cuando los milaneses cayeron 0-2 ante el Juventus en la Serie A.