A diario se vive en el sector oficial una de las crisis más agobiantes, severas, intransigentes y alarmantes: la que les toca sobrellevar a los educadores.
Como enfrentar el irrespeto, la altanería, la soberbia y arrogancia de algunos alumnos irresponsables, sinvergüenzas, que no tienen sentido de pertenencia con su formación, que van al colegio a todo, menos a aprender. El riesgo a que están expuestos los docentes de ser agredidos, amenazados y/o violentados.
Nuestro sistema educativo ha venido perdiendo fortalezas, como la disciplina, la moral y ética de los estudiantes, que los vándalos de las pandillas tienen que estar dentro de las instituciones educativas haciendo de las suyas y cómo las leyes los protegen. El problema crece cada vez más. En los últimos años los colegios están invadidos de violencia, vicio, matoneo y muchas otras cosas. Se ha perdido la formación moral y en valores de los hogares, siendo los docentes víctimas de la grosería, patanería e irrespeto de alumnos.
Es preocupante y lamentable la situación de que los jóvenes desde muy temprana edad, o mejor desde niños, están consumiendo sustancias psicoactivas y los padres ni cuenta se dan. El problema está creciendo, los adolescentes hacen lo que les da la gana y nadie puede decirles nada, muchos roban y maltratan a los compañeros de clase y las denuncias que hacen los directivos y docentes ante las autoridades no sirven de mucho, porque el abandono de los padres y las leyes permisivas han hecho de ellos, partidarios y viciosos, sin normas, ni responsabilidades.
El panorama cada vez está más nubloso, si no se toman medidas, vamos a ser una sociedad cada vez más descompuesta, en todos los estratos; ¡hay que poner leyes a los jóvenes desadaptados, que se multiplican por cantidades!
La admiración y el respeto hacia los profesores han pasado a un segundo plano, ellos constituyen uno de los colectivos profesionales más afectados por esta problemática, que la viven a diario, soportando las inclemencias, la desconsideración, insolencias y amenazas de alumnos, poniéndolos en gran riesgo, afectando su salud, su estado emocional, espiritual y moral.
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