¡Estalló el ‘Petrogate’…!

La campaña de Gustavo Petro vive su peor momento por cuenta de sus ofertas a los corruptos y la visita de su hermano a La Picota.

No ha podido Gustavo Petro explicar de manera clara y convincente la presencia de su hermano Juan Fernando Petro en la cárcel La Picota de Bogotá para conversar con varios reclusos condenados por corrupción y parapolítica, entre ellos los exsenadores Iván Moreno Rojas y Álvaro ‘el Gordo’ García.

Todos los esfuerzos de Petro y de los integrantes de su círculo más cercano han resultado infructuosos. En lugar de aclarar lo sucedido en La Picota, cada declaración de Petro y sus aliados solo causa más confusión y genera más dudas acerca de lo conversado entre Juan Fernando Petro y los condenados delincuentes con quienes se entrevistó.

El ‘Petrogate’ ha golpeado duramente los cimientos de la campaña del candidato del Pacto Histórico. Cada nueva declaración de Gustavo Petro –incluyendo entrevistas a medios de comunicación y videos difundidos en las redes sociales– genera más inquietudes y suspicacias sobre los verdaderos alcances del encuentro de La Picota, hasta el punto de que hoy son más las dudas que las certezas sobre ese oscuro episodio.

Desde la primera inquietud –que tiene que ver con el motivo de la visita de Petro a La Picota– hasta la más reciente –que se relaciona con la hipótesis de un presunto entrampamiento– ninguna versión resulta convincente. Todas están llenas de dudas y se prestan para todo tipo de especulaciones.

¿Se trataba de una invitación de Iván Moreno y los demás reclusos a la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz o a la campaña de Petro? ¿Con qué propósito? El candidato Petro sostuvo inicialmente que el tema del “perdón social” –que habría sido el motivo de la visita– ha sido tratado por él en varias oportunidades.

El exsenador Moreno Rojas, antiguo militante del Polo Democrático y hermano del ex alcalde de Bogotá Samuel Moreno Rojas, también condenado por el llamado “carrusel de la contratación”, habría mostrado gran interés por conocer en detalle el delicado y complejo asunto del “perdón social” para los delincuentes.

La Comisión Intereclesial –por su parte– sacó un comunicado en el que sostiene que fueron invitados a La Picota el pasado 8 de abril con la mediación del abogado Pedro Niño, quien estuvo acompañado de Danilo Rueda y Juan Fernando Petro. De acuerdo con el comunicado, se entrevistaron tanto con Moreno Rojas como con Álvaro ‘el Gordo’ García, entre otros.

Pero la abogada Cielo Rusinque, dirigente nacional del Pacto Histórico, sostiene –por su parte– que la invitación de Moreno y sus amigos reclusos llegó directamente a la campaña de Petro. Si ello es así, entonces la pregunta que surge es:¿Juan Fernando Petro se entrevistó con Moreno Rojas y compañía como integrante de la campaña presidencial de su hermano o como miembro de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz? ¿O lo hizo en calidad de ambos? ¿O asistió como hermano y hombre de confianza del candidato Petro?

En su afán por bajarle la espuma al ‘Petrogate’, el candidato del Pacto Histórico sostiene que su hermano ni hace parte de la campaña, ni es directivo de la misma.

Pero, entonces, si ello es así, ¿cómo se explican los múltiples videos en los que aparece Juan Fernando Petro con prendas alusivas a la campaña de Gustavo Petro y también hablando a su nombre? ¿Quién delegó en Juan Fernando la vocería de su hermano?

Ante la gravedad de lo sucedido, que podría ser “el comienzo del fin de la campaña de Gustavo Petro”, según el exministro Juan Camilo Restrepo, es urgente y necesario que el propio Petro despeje todas las dudas que surjan. Pero –sobre todo– es obligación de las autoridades tomar cartas en el asunto para determinar si hubo algún tipo de compromiso por parte de Petro con los reclusos, que tendrían que ver con supuestos beneficios legales a los corruptos detenidos en La Picota a cambio de votos para la campaña presidencial.

Ese delicado y muy grave asunto debe ser aclarado cuanto antes por el propio Gustavo Petro, no por su hermano, quien es uno de los protagonistas del confuso episodio.

¿Qué implicaciones tiene el ‘Petrogate’ en la campaña del candidato del Pacto Histórico? ¿Cuál es el alcance jurídico, político y electoral de la visita de Juan Fernando Petro a La Picota?

Encuentro en La Picota: ¿perdón social o beneficios para corruptos?

Aunque la Comisión Intereclesial sostiene que en La Picota no se habló de “votos a favor de una campaña, ni de rebajas de penas, ni de amnistías o de perdón social, pero sí de derecho restaurador”, llama la atención la presencia de Juan Fernando Petro en la comitiva que se entrevistó con los reclusos condenados.

En su condición de hermano de Gustavo Petro, su presencia despertó todo tipo de especulaciones y permitió tejer todo tipo de hipótesis sobre los verdaderos alcances del encuentro. Los interlocutores de Petro en La Picota son verdaderos pesos pesados de la corrupción y la parapolítica: Iván Moreno Rojas (condenado por el carrusel de la contratación), Álvaro ‘el Gordo’ García (condenado a 40 años de cárcel por la masacre de Macayepo, Sucre), Franklin Chaparro (ex alcalde de Villavicencio, condenado por homicidio y concierto para delinquir), Jimmy Díaz Burbano (ex gobernador del Putumayo, condenado por delitos relacionados con minería ilegal) y Ronald Housni Jaller (condenado por corrupción).

Todos ellos –pese a las condenas en su contra– mantienen estructuras electorales en sus regiones y movilizan votantes en cada elección. No se trata de políticos sin músculo financiero y sin poder regional, como dicen allegados a la campaña de Petro.

Una visita de un hermano de un candidato presidencial a reclusos con poder electoral en sus regiones –en tiempos de elecciones– resulta no solo sospechosa, sino que se presta para todo tipo de especulaciones. Curioso que Gustavo Petro –curtido en múltiples elecciones– no hubiese dimensionado la trascendencia que tendría dicho encuentro.

¿Qué papel cumple Juan Fernando Petro en la campaña de Gustavo Petro?

Los mayores dolores de cabeza de los candidatos o de los presidentes tienen que ver con el papel de sus familiares. No es un asunto fácil de tratar.

Si los alejan se molestan y si los tienen cerca se toman atribuciones que no les competen.

Juan Fernando Petro es un buen ejemplo de ello: no hace parte de la campaña de Gustavo Petro –según contó el propio candidato– pero asiste a múltiples reuniones y habla como si lo fuera. Excusa a su hermano cuando el candidato no puede asistir y habla a su nombre cuando está ausente.

Su condición de “hermano del candidato” le da una posición de privilegio de la que carecen los propios directivos de la campaña. No necesita cargos para hacerse sentir. No requiere de ese formalismo para actuar a nombre de su hermano.

De manera que Juan Fernando Petro se entrevistó con los condenados de La Picota en su doble condición de hermano del candidato Petro y también como integrante de la Comisión Intereclesial. Punto.

¿Sabía Gustavo Petro lo que hacía su hermano? Obvio que sí. Mucho más si el tema a tratar era el “perdón social”, del que Petro dice ser un experto, tanto que habla con propiedad de la obra de Jacques Derrida.

¿Otro entrampamiento como el de Santrich?

La hipótesis planteada por Gustavo Petro y sus aliados –sobre un supuesto entrampamiento a su campaña– tiene una enorme debilidad: su hermano, Juan Fernando Petro, principal protagonista de la cumbre de La Picota.

¿En qué consiste la trampa si Juan Fernando Petro se entrevistó de forma voluntaria con reclusos condenados por corrupción y parapolítica para hablar de perdón social, que es una de las propuestas de su hermano Gustavo? La última vez que en Colombia se habló de entrampamiento fue durante el proceso de ‘Jesús Santrich’, vocero de las Farc, quien habría sido “entrampado” por la DEA para mostrarlo como negociante de cocaína. A la postre Santrich se fugó y su supuesto “entrampamiento” nunca se aclaró.

No obstante, tanto la DEA como la Fiscalía General de Colombia siempre han dicho que tienen pruebas contundentes contra Santrich. También circula en las redes sociales un audio en el que desde la cárcel alias Marquitos Figueroa, reconocido narcotraficante de La Guajira, invita a votar por Petro.

Figueroa fue condenado a 36 años de cárcel por el asesinato de Óscar Rodríguez, ocurrido en 2011. “Quiero invitarlos a votar el próximo 29 de mayo por el doctor Gustavo Petro. Pido tu voto para que tengamos en este país un verdadero cambio”, dice Figueroa.

La versión de Gustavo Petro sobre la cumbre de La Picota

Antes de darle credibilidad a la hipótesis del supuesto entrampamiento, Gustavo Petro afirmó que el perdón social no es para los hermanos Iván y Samuel Moreno Rojas, condenados por el llamado “carrusel de la contratación” en Bogotá.

También descartó una reforma a la justicia que contemple rebajas de penas o indultos a condenados por corrupción. “Ni en pesadillas se nos ocurre rebajar las penas a los corruptos”, afirmó Petro.

El candidato del Pacto Histórico también ha dicho que la mafia quiere desprestigiar su campaña.

Para reforzar esta hipótesis, tanto Petro como los directivos de la campaña sostienen que han sido víctimas de un entrampamiento.

Son las autoridades las que deberían asumir las investigaciones por los hechos sucedidos.

¿Qué pasó en el encuentro en la cárcel La Picota de Bogotá? ¿Se puede hablar de un ‘pacto’ entre la campaña de Petro y los condenados por corrupción y parapolítica? ¿A qué se comprometió Petro y a nombre de quién? Todo es muy grave como para que las autoridades no actúen con firmeza y prontitud.