Baronesas como Dilian Francisca Toro en el Valle o Cielo Gnecco en el Cesar dominan sus departamentos, pero las mujeres siguen marginadas de la política nacional.
Para las próximas elecciones legislativas de 2022 en Colombia, de 2432 candidaturas, solamente 929 son mujeres. La situación es más grave cuando se analizan esas candidatas: 21 pertenecen a clanes políticos y, entre éstas, únicamente 3 candidatas pertenecen a clanes políticos liderados por mujeres. La política sigue dominada por hombres y las mujeres que llegan son las más privilegiadas que nacieron en familias de tradición política.
Este informe de Pares analiza los verdaderos retos de incluir a las mujeres en la política colombiana: la educación política, el acceso a la educación superior, la equidad salarial, la eliminación de los estereotipos de género y la erradicación de la violencia política contra las mujeres, entre otros. Esto ha llevado a que únicamente las mujeres privilegiadas de la sociedad sean quienes alcancen los espacios de poder y decisión. Encarnando los valores más tradicionales y patriarcales de la política colombiana. Las baronesas electorales son un ejemplo de esta situación.
Se imponen estándares que solamente las mujeres más privilegiadas pueden cumplir, entre estas las mujeres que nacieron en familias de tradición política como Dilian Francisca Toro, Piedad Zuccardi, Olga Suárez Mira, Teresita García Romero, entre otras.
Estas mujeres, sus decisiones políticas y propuestas suelen estar lejos de tener un enfoque de género de carácter feminista, o que esté a favor de los derechos de las mujeres. Es un hecho también que las mujeres racializadas y empobrecidas tienen un obstáculo aún mayor para llegar, si se tiene en cuenta, que, por ejemplo, Colombia se ubica entre los países con las menores tasas de asistencia de mujeres afro en la educación superior. Asimismo, junto a las mujeres indígenas, son la población con menor valor y reconocimiento en el mercado laboral.
