Llega un momento en que debemos hacer un alto en el camino y pensar. ¿Somos seguidores sin criterio propio, o simpatizantes con capacidad de discernimiento?, este es el quid que nos propone la nueva cita con las urnas mañana domingo 26 de agosto.
Con gran entusiasmo los colombianos hemos emprendido esta consulta, que tendrá su momento decisivo el día de mañana. No obstante, algunas voces críticas en el país han mostrado su descontento con lo que llaman un “saludo a la bandera”, desestimando los efectos que la misma pueda tener.
Resulta decepcionante, que aquellos que alguna vez la apoyaron antes de elecciones, hoy le den la espalda hablando de gastos exagerados, su imposibilidad de aplicación efectiva y hasta de generar más corrupción.
En últimas, todos y cada uno de sus argumentos se caen por el simple hecho de haberla votado. Finalmente, para la fecha, ya era suficientemente conocido el contenido de la misma y nadie hizo reparos al respecto. Sólo después, algunos pseudo constitucionalistas hablaban de que su aplicación era inviable y que sólo servía para potenciar la candidatura de Claudia López a la alcaldía de Bogotá.
No cabe duda de que la Ex Senadora López ha cosechado réditos políticos de este ejercicio, no obstante, el punto negro de la ardua labor que realizó ella junto a un grupo considerable de ciudadanos fue haber adherido a una campaña presidencial que no era la de su partido al día siguiente de que la consulta fuera aprobada en el Congreso. El resultado ya lo conocemos.
Pero si nos ponemos a hacer reparos, frente a quienes han promovido una iniciativa que puede generar un impacto positivo en la sociedad, ninguna propuesta de seguro saldrá a la luz. Por eso no podemos caer en esta guerra política que se ha gestado entre dos corrientes, las mismas que se enfrentaron con el plebiscito de los acuerdos de Paz.
Este es el momento en que la ciudadanía deba abanderar esta iniciativa, la cual tendrá sí o sí efectos políticos como lo establece la ley, y lo más importante de todo, porque será un pronunciamiento que tendrá un efecto en la psique y en la memoria colectiva de la sociedad colombiana.
Creo que, así como resulta falso que el plebiscito haya sido rechazado como consecuencia de los promotores del No, y que por el contrario, fue el desahogo colectivo que muchos esperaban plasmar en contra de las FARC, de igual manera, la consulta anticorrupción cumplirá su cometido por el sólo hecho de ser el grito masivo de colombianas y colombianos que no quieren ver como nuestras contribuciones al Estado terminan en los bolsillos de unos pocos, sin que si quiera sientan vergüenza por ello.