Cuando el estadounidense Jack Olivier se resistió a pagar los cinco centavos de dólar que costaba una tajada de sandía, jamás imaginó que estaba marcando la historia de toda una nación. Por entonces, Panamá era una gran ciudad de la República de Nueva Granada, respondiendo al gobierno de Bogotá. Miles de estadounidenses usaban a Panamá como ciudad de tránsito, utilizando el Ferrocarril Transístmico para llegar a California, donde se había descubierto gran cantidad de oro. Ellos gozaban de los privilegios del Tratado Mallarino-Bidlack(1846), que otorgaba para locales y estadounidenses iguales derechos de navegación, comercio y uso de puertos en Nueva Granada.
El clima era hostil, muchos estadounidenses se paseaban ebrios y armados por la ciudad, y los lugareños estaban descontentos con los disturbios que ocasionaban. Fue entonces cuando el 15 de abril de 1856 Jack se negó a pagar la tajada de sandía a José Manuel Luna, dueño de un puesto donde actualmente se sitúa el Mercado de Marisco de Panamá.Tras una gran discusión, el estadounidense disparó a un lugareño y se dio a la fuga. En ese momento, un tren proveniente de Colón repleto de estadounidenses arribó a la estación, muy cerca del lugar del disturbio. La pelea acrecentó desmesuradamente, los estadounidenses se refugiaron en la estación, la guardia de Nueva Granada acudió al lugar en defensa de los lugareños, y una pequeña guarnición estadounidense hizo lo propio por sus compatriotas. La ola de disturbios llegó a las ciudades aledañas, incluso a Colón, situada a 90 kilómetros de distancia. Transcurrieron tres días de destrucción, incendios y saqueos. Dos granadinos y dieciséis estadounidenses murieron, y casi treinta personas resultaron heridas entre ambos bandos.
EE.UU. tomó como fidedigno el reporte de Amos B. Corwine, su comisionado especial en Panamá, y desoyó los testimonios de los cónsules de Francia, Ecuador y el Reino Unido, que favorecían a los locales. Nueva Granada pagó una indemnización y EE.UU. señaló la falta de capacidad del gobierno granadino para controlar la zona. De allí que muchos relacionen este hecho con la invasión del 19 de septiembre del mismo año, cuando 160 soldados estadounidenses desembarcaron en Panamá. Es verdad que la ocupación estadounidense fue solicitada por el vice-gobernador panameño bajo el aval del tratado de 1846, para “mantener el orden” del paso del istmo. Sin embargo, el pedido se debió a un inminente enfrentamiento armado entre conservadores y liberales por un asunto de fraude electoral que tuvo lugar en el mes de junio. Con todo, el incidente de la Tajada de Sandía pasó a la historia como antecedente, no directo, de esa ocupación.
Por entonces, la enemistad entre locales y estadounidenses hacía imposible imaginar el importante papel que cumplirían los norteamericanos a favor de la separación Panameña de Colombia el 3 de Noviembre de 1903. EE.UU. fue recompensadocon concesiones que les trajeron grandes beneficios tras la construcción del Canal de Panamá en 1914, un “tajo” en la tierra acaso bastante más recordado en la historia que aquel de 1853 hecho en una sandía.