Varios ciudadanos insisten en que los controles al espacio público que ejecutó la Administración Municipal fueron insuficientes y no tuvieron bases firmes
El espacio público está destinado para el uso común, lo cual prevalece sobre el interés particular. En cumplimiento de ese principio y desde el año antepasado, la Alcaldía de Magangué le está apostando a la recuperación de sectores, como la zona céntrica, despejándolos de carretas, carretillas y ventas ambulantes en general.
Aunque gobiernos anteriores han adelantado acciones para desalojar a los vendedores estacionarios, no existe una política clara que haga eco y que impida que los mismos sigan ocupando andenes, calles y esquinas.
«El Centro es un caos. Hay tantas ventas que los transeúntes no pueden caminar tranquilamente y deben hacerlo por la calle, exponiéndose a accidentes», indicó Ilse Rodríguez, moradora del barrio Córdoba.
Algunas personas consultadas por este medio coinciden en opinar que el problema de la invasión del espacio público es muy complejo, porque falta cultura ciudadana, ya que su ocupación no sólo proviene de ventas ambulantes, sino también hay casos en que los mismos comerciantes exponen las mercancías afuera de sus negocios.
Para la selfie
Varios ciudadanos insisten en que los controles al espacio público que ejecutó la Administración Municipal fueron insuficientes y no tuvieron bases firmes, y citan como ejemplo el parque de Las Américas, el cual tardó despejado una semana, y luego fue atestado de vendedores estacionarios.
«Parece que los funcionarios designados sólo trabajan para la selfie, para la foto, porque ninguna acción fue contundente», dijo Gloria Escorcia, habitante del barrio La Candelaria.