Hace tres días fue atracado el comerciante de arroz Miguel Asís después de cambiar un cheque de 14 millones en una entidad bancaria, esa misma noche, robaron la caja fuerte con más de 5 millones, y los celulares de alta gama para la venta, en la oficina de Claro del Barrio La Candelaria, de propiedad del comerciante Edwin Bermúdez.
El día viernes en horas de la tarde, el turno fue para el médico John Vásquez, quien había realizado un retiro la misma entidad bancaria del primer robo, se fue hasta la oficina de una abogada a entregarle unos documentos, y hasta allí llegaron los fleteros y le robaron la suma de 15 millones.
En la madrugada del sábado delincuentes irrumpieron en la residencia del comerciante santuariano, Edgar Gómez, y lo sometieron a él y a su familia, y les robaron dinero, prendas, arrancaron los televisores de los cuartos, los computadores y objetos de valor domésticos. Le amenazaban con secuestrarle la nieta si no les daba “el dinero”. Todo el robo lo embarcaron y se le llevaron en su vehículo, una Toyota TXL, avaluada en 230 millones de pesos.
También en la misma modalidad la inseguridad llegó a la casa del comerciante Gustavo Gutiérrez en el barrio Olaya.
La policía ha respondido a algunos medios de comunicación locales que los fleteos se han dado en casos donde las personas afectadas no han solicitado el servicio, por ello, solicitan que las personas al momento de retirar fuertes sumos de dinero soliciten el acompañamiento de la policía que es un servicio gratuito.
A pesar de ello, la comunidad viene quejándose de la ola de inseguridad que se siente en los diferentes barrios de la ciudad; esta modalidad de robos se repite cíclicamente en la ciudad, pero igual también es alto el carterismo y el raponeo, muchas de las victimas omiten hacer las denuncias por cuanto no existe confianza el proceso de juzgamiento de los delincuentes cuando son capturados.