Es normal salir a recorrer las calles de Magangué y escuchar a los ciudadanos quejarse por los altos costos de los arriendos en el casco urbano, que según ellos están por las “nubes”.
Por tal motivo ya no extraño ver en un barrio estrato uno o dos que el canon de arrendamiento de un apartamento supere los 350 mil pesos y que por una casa en localidades como San Mateo BCH ya se acerque al millón de pesos.
Según expertos consultados por este medio, esta situación ha sido provocada por la escasez de oferta, que a su vez ha generado un fenómeno especulativo que resulta difícil de controlar.
“Habitamos en un municipio mal estratificado y que no cuenta con un Plan de Ordenamiento Territorial, por lo tanto es difícil entender bajo qué principios o política de bienes raíces se basan los propietarios de inmuebles para cobrar arriendos tan costosos”, manifestó Zaida Manrique, habitante del barrio San José.
Hay especulación
Si los propietarios cuando quieren arrendar perciben que no les quieren pagar lo justo, los inquilinos sienten que les cobran más de lo debido.
La subida mágica del estrato
El efecto valorización es otro que encarece la vivienda, como le sucedió a Laura, una trabajadora que compró hace 10 años un apartamento en el barrio San José
“Como inicialmente no había vía pavimentada y mucho menos un importante almacén de cadena en el sector, las casas se construyeron como de interés social, así que los primeros compradores las adquirieron muy baratas. En ese tiempo la zona se valorizó, y ahora los inmuebles se venden o se alquilan al triple”, precisó.
Rentabilidad de vivienda arrendada, cerca del 20 por ciento
Para quienes ya tienen viviendas destinadas a arriendo, la rentabilidad sobre la inversión es mayor si las adquirieron hace más tiempo, pues los precios de la vivienda usada vienen subiendo desde hace más de 8 años.
En otras palabras, entre más reciente sea la compra, el retorno que dan los arriendos sobre lo pagado por el inmueble es menor y para los compradores del futuro será también un menor porcentaje, en la medida en que los precios sigan creciendo al ritmo actual.